
Esta mañana olvide mi rostro entre las sabanas, y me regodee de haberlo hecho...lo noté al llegar al espejo y verme allí. Sí, lo habia olvidado. Esa cara que veía no era la que anoche se había ido a dormir conmigo. Tal vez, las pestañas azoradas por mi desnudez se clavaron en las fibras de mi colchon, y decidieron cerrarme los ojos para no admitir que observaba.Pero había decidido administrar mejor la dosis de melancolía y no correr hacia el cuarto a buscar desesperadamente aquella cara que se desprendio de mi, abandonándome. Hoy ella se quedaría allí, encerrada.
Respire profundo y sentí que mis facciones cedian en una especie de sonrisa... y sali a la calle. Note un pequeño sentido de liviandad que recorria mis arterias. Afiné mis sentidos, y reconoci aromas, aquellos que hacen de un lugar ese lugar y no otro. Con mis oidos, los sonidos y las voces...y reconoci con mis ojos, los suelos, las veredas y las calles...tambien ví mi cara en alguien mas. La cara que habia olvidado en mi cama, entre las sabanas, conquistando otro rostro ajeno y ahora angustiado. Como yo.
Pero hoy trato de no sentirme culpable por mi máscara, ya que no es para siempre, solo por hoy, uso la mascara del buen día.-